miércoles, 27 de abril de 2011

enemigo mío*


*Así se llama el nuevo (y tercer) disco de enBlanco (Gaser Discos, 2011). Es muy bueno (y no me ciega el amor; para encontrar buenas razones para prestarle atención aquí y aquí tenéis las primeras reseñas) y los fieras de dibujo de lujo lo han puesto bien guapo. Podéis escuchar alguno de sus temas en la página de herzio del grupo y también en Spotify. Mañana jueves, 28 de abril, arranca Enemigo Tour, la gira de presentación del mismo, con un concierto gratuito en la Sala Concept de Logroño (los enBlanco ganaron el Campus Rock La Rioja y este concierto iba en el premio; las invitaciones se pueden retirar en el IRJ). Será a partir de las 21:30 junto al grupo Despistaos y yo no me lo perdería (seguro que mola)




martes, 26 de abril de 2011

un poema de gonzalo rojas*




Los cómplices

Te decía en la carta
que juntar cuatro versos
no era tener el pasaporte a la felicidad
timbrado en el bolsillo,
y otras cosas más o menos serias
como dándote a entender
que desde antiguamente soy tu cómplice
cuando bajas a los arsenales de la noche
y pones toda tu alma
y la respiración
perfectamente controlada,
por mantener en pie tus rebeliones
tus milicias secretas
a costa de ese tiempo perdido
en comerte las uñas, en mantener a raya
tus palpitaciones,
en golpearte el pecho por los malos sueños,
y no sé cuántas cosas más
que, francamente, te gastan la salud
cuando en el fondo
sabes que estoy contigo
aunque no te vea
ni tome desayuno en tu mesa
ni mi cabeza amanezca en tu pecho
como un niño con frío,
y eso no necesita escribirse.


*El poeta chileno falleció ayer, 25 de abril, en Santiago. Este poema suyo me gusta mucho. Fue leerlo y hacerlo mío. Me lo apropié. Una en la poesía también, y sobre todo, busca comprensión (y consuelo). También identificarse para conocerse; conocerse para entenderse; entenderse para quererse, claro que sí. Y para verse venir y a veces, incluso, hasta para echarse las cartas, por supuesto. Pero sobre todo comprensión (propia y del mundo). Supongo que todos vivimos un poco en esa lucha entre alentar a nuestras rebeliones internas, a nuestras "milicias secretas", y silenciarlas, tranquilizarlas, evitar que nos compliquen la vida en exceso. Hay dolores y alegrías y otras cosas que nos pasan a las que no nos atrevemos a poner nombre porque asustan, porque identificarlas plenamente podría obligarnos a cambiar de rumbo y eso siempre da miedo. Mucho miedo. Pero me gusta pensar, como leo en este poema, que en el fondo no podemos huir de lo que somos, porque aquí o allí siempre estarán nuestros cómplices para recordárnoslo. Nuestros cómplices reales, cercanos, conocidos, y también los que intuímos que pueden ser o los que soñamos que sean (aunque a veces, cuando uno desea mucho algo, soñar e intuir se convierten casi casi en la misma cosa). No sé si Gonzalo Rojas habla de esto en este poema. Bueno sí, seguro que de esto también: en realidad todos hablamos constantemente de cómo no traicionarnos a nosotros mismos (y también de cómo hacerlo, aunque esto nos guste menos). En cualquier caso, le agradezco mucho su consuelo y sus palabras. Que descanse en paz (o como él quiera).




sábado, 23 de abril de 2011

un poema de jaroslav seifert




Canción

Agita un pañuelo blanco
el que se despide.
Cada día acaba algo,
acaba algo muy hermoso.

La paloma mensajera bate el aire con las alas,
de vuelta a casa.
Con esperanza y sin esperanza
siempre volvemos a casa.

Sécate las lágrimas
y sonríe con los ojos llorosos,
cada día empieza algo,
empieza algo muy hermoso.

miércoles, 20 de abril de 2011




*o esas pequeñas ventajas de quedarse estos días en casa


lunes, 18 de abril de 2011

"el viaje de maría"*




Leo aquí que la peli documental María y yo, de Félix Fernández de Castro, basada en la novela gráfica con el mismo nombre de Miguel y María Gallardo, ha ganado el Premio a la Mejor Película basada en un cómic en el 29 Salón Internacional del Cómic de Barcelona. Hace poco que la vi y me gustó un montón. Va sobrada de amor y de ternura. Y de humor. Como explica el propio Gallardo, tanto el cómic, como la película, como el cortometraje, no son tanto obras sobre el autismo sino sobre el cariño, sobre la relación entre un padre y una hija que, por encima de las dificultades de la comunicación, se transmiten alto y claro su mensaje de amor.


*cortometraje de animación basado en María y yo, el maravilloso cómic de Miguel Gallardo, en el que el dibujante cuenta su vida y la de María, su hija autista, y su día a día lleno de pequeños milagros.


sábado, 16 de abril de 2011

un poema de lucille clifton



[CRUELDAD. NO ME HABLES]


crueldad. no me hables de la crueldad

o de lo que soy capaz.


cuando quise que murieran las cucarachas las quise bien muertas

y las maté. arremetí contra su nido con una escoba


y las aplasté y las troceé sin previo aviso

sin parar y sonreí mientras lo hacía.


fue un holocausto de cucarachas, cuerpos,

trozos de cuerpo, rojo por todo el suelo.


no les pregunté sus nombres.

no tenían nombres que merecieran conocerse.


ahora siempre me vigilo al entrar en una habitación.

nunca sé lo que puedo llegar a hacer.

viernes, 15 de abril de 2011

300*






*Esta es la entrada número 300 de este blog. 300 en poco más de tres años (empecé un 7 de abril de 2008). No está mal. No es poco pero tampoco es mucho (como aquellos billetes de 24 euros de este maravilloso y chanante retrospecter). Este blog también cumplió 100 entradas y también cumplió 200 y no celebramos nada. Pero claro, 300 son 300; como los 300 de Leónidas en la Batalla de las Termópilas, que son los 300 del cómic de Frank Miller (y Lynn Varley, que fue quien puso, y muy bien, el color). En realidad creo que de las otras dos efemérides no fui consciente. Ahora bien, me gustó 300 y esta es una excusa buena como otra cualquiera para recordarlo. Sé que le falta rigor histórico. Sé que acusaron a su autor de xenófobo, seguramente con razón. Qué sé yo lo que sé. Pero a mí me gustó igual. Y también la peli (por cierto, en Cuba la vi doblada al mexicano y fue una experiencia curiosa). Asociar estos 300 posts a aquellos 300 espartanos es una ida de olla, sí, pero no es del todo descabellado, por mucho que pueda parecerlo. Al fin y al cabo estos 300 posts también son unos resistentes. No exponen explícitamente su ideología (o no demasiado al menos), pero desde luego que sí implícitamente. Pero no son unos resistentes por eso. Lo son porque resisten a mi lado en mi pelea contra la falta de tiempo y de espacio. La pelea contra las implacables consecuencias de mis elecciones (que sé que fueron mías, que sé que no debo de quejarme, que sé que no estoy tan mal, que sé un montón de cosas, pero también sé, con todo y sobre todo, que yo pensaba que el mundo era otra cosa y que si lo pensaba era por algo; esto es, me educaron de otra forma, me enseñaron un futuro distinto, nadie me habló de esta negrura). El caso es que resisten aquí. Siguen adelante y cada vez son más. No son muy actuales, ni están muy puestos (puede que alguno que haya escrito en domingo...), ni muy bien escritos, ni son muy organizados, ni muy originales, ni muy especiales, ni muy especializados, ni muy nada. Pero son míos. Y son así (desordenados, un poco caóticos, urgentes) porque es en la urgencia donde me muevo. Esto vivo yo, esto veo yo, por todo esto trabajo yo, en esto creo y en esto participo, y peleo por encontrar un rato, donde sea, por apropiarme de un tiempo que no tengo para contarlo, para contármelo. Son mis 300. Últimamente hablo mucho de esto con las personas que me quieren y que se empeñan en hablar conmigo a pesar de mis nervios y de mis malas pulgas. No pienso renunciar a mis espacios a pesar de todo. Estos 300 son mis espacios (y otros muchos que no están pero que también me pertenecen). Y no pienso hacerlo por nada del mundo. No porque pierda el norte y les dé una importancia de la que carecen, sino porque sé que forman parte de un espacio más grande, distinto, que es de muchos. Una especie de espacio de resistencia que construimos entre todos los que nos negamos a "hacer nada", aunque esa "nada" nos arrolle y haga con nosotros casi todo lo que quiere. Porque si nos tapan el sol con sus flechas, entonces lucharemos en la sombra, como los 300 espartanos de Leónidas.

martes, 12 de abril de 2011

hace 50 años...*




*... que el cosmonauta Yuri Gagarin, después de llevar a cabo el primer viaje espacial de la historia a bordo de la nave Vostok 1, tomó tierra cerca de Smelovka, un pequeño pueblo de la región de Sarátov, en un radiante y soleado día de primavera. Tras recoger su paracaídas, las primeras personas que vieron a Yuri fueron Anna Tajtarova y su nieta Rita, granjeras koljosianas (abro un inciso: hay que visualizar este encuentro, digo, hay que visualizarlo y, como poco, sonreír). Las dos se acercaron lentamente a Yuri, temiendo que pudiese tratarse de un piloto enemigo derribado. ¡No soy un intruso!, les dijo un sonriente Gagarin. ¿Vienes del espacio?, le preguntó Anna, intrigada (abro otro inciso: leo en otros sitios que él le contestó, tal y como se ve en la viñeta que ilustra este post tranquilas, que vengo del espacio pero soy soviético, como vosotras; en otros sitios añaden que, además, les dijo y necesito un teléfono para llamar). Poco tiempo después, Gagarin se vio rodeado por una pequeña multitud de trabajadores del koljós de Shevchenko. Casi inmediatamente aparecieron quince militares de una cercana división antiaérea con el mayor Ajmed Gasiev al frente. Gasiev condujo a Gagarin hasta el cuartel de la división, donde pudo comunicarse con los mandos de la Fuerza Aérea y anunciarles el éxito de su misión. Tarea completada. Aterrizaje en la región planeada. Me siento bien, fueron las palabras de Gagarin a sus superiores.



** la ilustración la que tomado de aquí; el relato de los hechos de aquí, igual que los carteles (y en esa misma página, podréis encontrar además una estupenda colección de recursos, clips de audio, fotografías, vídeos, etc., pinchando aquí)



***поехали!

lunes, 11 de abril de 2011

un poema de josé agustín goytisolo




Autobiografía


Cuando yo era pequeño
estaba siempre triste
y mi padre decía
mirándome y moviendo
la cabeza: hijo mío
no sirves para nada.

Después me fui al colegio
con pan y con adioses
pero me acompañaba
la tristeza. El maestro
graznó: pequeño niño
no sirves para nada.

Vino luego la guerra
la muerte –yo la vi–
y cuando hubo pasado
y todos la olvidaron
yo triste seguí oyendo:
no sirves para nada.

Y cuando me pusieron
los pantalones largos
la tristeza enseguida
cambió de pantalones.
Mis amigos dijeron:
no sirves para nada.

En la calle en las aulas
odiando y aprendiendo
la injusticia y sus leyes
me perseguía siempre
la triste cantinela:
no sirves para nada.

De tristeza en tristeza
caí por los peldaños
de la vida. Y un día
la muchacha que amo
me dijo, y era alegre:
no sirves para nada.

Ahora vivo con ella
voy limpio y bien peinado.
Tenemos una niña
a la que a veces digo
también con alegría:
no sirves para nada.


viernes, 8 de abril de 2011

un fragmento de "montaigne" de stefan zweig*


Tu yo no puede ensalzar ni denigrar nada excepto a ti mismo: ni siquiera a la presión exterior más fuerte le resulta fácil neutralizar a quien se mantiene interiormente firme y libre. Siempre, pero sobre todo cuando el individuo vea amenazadas su paz interior y su libertad, la palabra y el sabio consejo de Montaigne serán un alivio, pues nada nos protege más en una época de confusión y de bandos opuestos que la lealtad y el humanismo. Basta una hora, o media, con su libro para encontrar una palabra correcta y alentadora. Siempre y cada vez, lo que él dijo hace siglos sigue siendo cierto y válido para todo aquel que luche por su propia independencia. A nadie debemos estar tan agradecidos como a aquellos que, en una época tan inhumana como la nuestra, fortalecen el elemento humano que hay en nosotros; a aquellos que nos exhortan a no renunciar a lo único indeleble que poseemos, nuestro yo más íntimo, a pesar de todas las presiones y obligaciones externas, temporales, estatales o políticas. Pues sólo aquel que se mantiene libre frente a todo y a todos, conserva y aumenta la libertad en la tierra.



*Zweig se reencontró por azar en su exilio en Brasil con los Ensayos de Montaigne. Ya los había leído de joven sin que le impresionaran en exceso, tal y como él mismo explica. Es entonces, al final de su vida y de sus fuerzas, cuando se identifica plenamente con el autor francés. Zweig se suicidó en Petrópolis el 23 de febrero de 1942 mientras trabajaba en este libro, que dejó sin concluir. Desesperado por el futuro de Europa y de su cultura, convencido de que el nazismo se extendería por todo el planeta, dejó escrito esto en su carta de despedida: Saludo a todos mis amigos. ¡Ojalá alcancen aún a ver la aurora tras la larga noche! Yo, demasiado impaciente, parto antes que ellos.


miércoles, 6 de abril de 2011

viernes de lujo! (apuntad estos dos planazos para el 8 de abril)


A partir de las 20 horas en el Instituto Riojano de la Juventud (IRJ, C/ Muro de la Mata nº 8), presentamos El ruido de la cisterna (La Bella Varsovia, 2010), el tercer poemario de Odón Serón Zabala que, a parte de escribir buenos poemas, es miembro del consejo editor de Ediciones del 4 de Agosto, Ingeniero Industrial como Gabriel Celaya y cantante y guitarrista del grupo de rock El Cuarto Verde. El poemario, que nos cuenta una historia de amor hasta sus últimas consecuencias, va prologado por la poeta malagueña Isabel Bono.





Y después, a partir de las 23 horas, en el Biribay Jazz Club (C/ Vitoria nº 4), Carlos Onís presentará su nuevo disco Carlos Onís (Ediciones del 4 de Agosto, 2011). Maestro de música, concertista clásico y con una importante trayectoria como guitarrista eléctrico y acústico, Carlos Onís recobra es este nuevo EP los orígenes del rock destilándolo con blues, country y bluegrass. Grabado por Rafael Martija y masterizado por Hendrik Röver (Los Deltonos, Hendrik Röver), cuenta con el diseño gráfico de Agustín García. Y suena de lujo.

domingo, 3 de abril de 2011

edith piaf & théo sarapo*: a quoi ça sert l'amour? (un film de louis clichy)




*Georges Perec le dedica uno de los 480 recuerdos que recoge en su Me acuerdo (el 327 concretamente) a Théo Sarapo. Me acuerdo de Théo Sarapo escribe. Y la verdad es que yo también (es un personaje adorable). Fue el último gran amor de la cantante francesa Edith Piaf. Se conocieron en 1962. Ella tenía 47 años y él 26. De origen griego, reguapo y peluquero de profesión, cambio su nombre real (Théopanis Lamboukas) por el de Théo Sharapo (que en griego significa te amo) por deseo de su amada. Edith Piaf lo convirtió en cantante y a dúo interpretaron temas como éste A Quoi Ça Sert L´Amour? (¿Para qué sirve el amor?), que sirve de excusa a Louis Clichy para realizar este corto de animación tierno tierno y bonito a rabiar que vi hace algún tiempo y me gustó mucho (pinchando aquí, un vídeo con ellos de carne y hueso interpretando esta misma canción). Acompañó a Edith Piaf en sus últimos años, sosteniéndola, literalmente, en el escenario y en la vida. A su muerte en 1964 fue nombrado su heredero universal, heredando, en realidad, una importante cantidad de deudas. A partir de aquí las versiones sobre él difieren. Por un lado están quienes lo presentan como un hombre enamoradísimo y dolorido que, una vez satisfechas todas las deudas heredadas, se suicidó estrellando su coche en 1970 y por el otro están quienes niegan la mayor: su enamoramiento, su dolor, su pago de las deudas, su suicidio. Yo me quedo, de todas todas, con la primera versión (puede que el amor se pueda fingir medio bien, pero disimularlo es prácticamente imposible; para lo primero sobra con saber mentir; lo segundo exige un tributo de dolor muy alto). Fue enterrado junto a la cantante en el cementerio de Père-Lachaise. Y ahí seguirán los dos (digo yo).


sábado, 2 de abril de 2011

un recuerdo de georges perec*


179

Me acuerdo que el día después de la muerte de Gide, Mauriac recibió este telegrama: El infierno no existe. Suéltate el pelo. Stop. Gidé.**


*de su Me acuerdo (Je me souviens). Perec dice de ellos que: Los Me acuerdo son pequeños pedazos de cotidianidad que fueron vividos y compartidos y luego olvidados. Sin embargo, de repente regresan, por azar o porque han sido buscados entre amigos una noche: es algo que aprendimos en el colegio, un campeón, una canción, un cantante, un escándalo, un slogan, un traje o una costumbre, totalmente banal, que por un milagro es arrancada a su insignificancia y es reencontrada por unos instantes, provocando unos segundos de una impalpable y pequeña nostalgia.


**Aquí encuentro que Gide y Mauriac, los dos Premio Nobel, no dejaron de polemizar durante décadas. Edgardo Cozarinsky recoge en su libro Museo del chisme que cada vez que Gide viajaba al norte de África y se acostaba con algún joven acostumbraba a confiarle que él era un hombre muy conocido en Francia, un escritor famoso, y que sería bueno para el muchacho tener su nombre bien presente a la hora de establecer contactos íntimos con otros ocasionales turistas sexuales europeos: No te olvides: diles que estuviste con François Mauriac (tremendo teniendo en cuenta que Mauriac no era homosexual y sí un ferviente católico). Y también recoge la historia a la que se refiere Perec en su Me acuerdo de que el 20 de febrero de 1951, un día después de la muerte de Gide, Mauriac recibió un telegrama que decía textualmente: L’enfer n’existe pas STOP Tu peux te dissiper STOP Préviens Claudel STOP Signé: André Gide (El Infierno no existe STOP Podés relajarte STOP Avisale a Paul Claudel STOP Firmado: André Gide). Desechada la autoría del propio Gide, el telegrama ha sido atribuido a varias personas como Jean-Paul Sartre o Anne Marie Cazalis o (al que parece más probable) Roger Nimier.