miércoles, 8 de junio de 2011

un extracto de una de las últimas entrevistas de jorge semprún*



El alma de Europa es la democracia, es el núcleo de valores esenciales, todos en torno a lo que llamo, en mi jerga personal-filosófica, la razón democrática. En esa alma entran elementos de la razón crítica griega, elementos judeo-cristianos, árabes... Pero el alma es el núcleo de todos esos valores tan diferentes y cuya diversidad hay que mantener. Por ejemplo, es erróneo, e incluso contraproducente, mantener Europa sólo como un precipitado de valores cristianos. No. Es evidente que cristiandad y Europa se han superpuesto como conceptos en toda una época de la historia, pero ha pasado mucho tiempo desde entonces. El foco es la democracia. Hay una definición de la Comisión Europea que dice: "La única frontera de Europa es la democracia". Ajustadísima.



*el escritor fallecía ayer 7 de junio en París. Este fragmento de una de sus últimas entrevistas (tomado de aquí) me ha hecho pensar en el titular de un artículo publicado hace un par de días en la web de Periodismo Humano que decía Somos los hijos de la democracia y aún no hemos hecho nada por ella. Es un fragmento, el de la entrevista, con el que podría sentirme bien identificada y bien a gusto si no fuera porque ya sabemos que ajustadísima no es sólo la definición de la Comisión Europea de la que habla, sino también el alcance y la capacidad de representatividad de nuestra democracia (de nuestras democracias europeas). Hay que trabajar por mejorarlas.


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